El cáncer de mama es el tumor más diagnosticado en el mundo. Para 2023 se estima que se diagnosticarán 35.001 nuevos casos solo en España.
Gracias a la investigación, la supervivencia de los pacientes diagnosticados ha mejorado en los últimos años. En estadio I supera el 98% de los casos. Sin embargo, todavía existen grandes desafíos como el cáncer de mama en estadios avanzados, con una supervivencia actual del 24%; las recaídas, que afectan al 30% de las pacientes diagnosticadas en estadio precoz, o aquellas refractarias, es decir, que no responden a los tratamientos existentes. La búsqueda de nuevas dianas terapéuticas y nuevos métodos de tratamiento son acciones que actualmente se están llevando a cabo para mejorar el abordaje de esta patología. Los avances en genética han permitido conocer mejor la naturaleza de los tumores y desarrollar tratamientos dirigidos que reducen los efectos secundarios.
Las terapias avanzadas como las CAR-T, que involucran al sistema inmunitario para educar a las células T que enfrenten a los tejidos cancerosos, llevan tres años en España, administrándose a pacientes con diferentes cánceres hematológicos. Los resultados conseguidos han sido catalogados por los especialistas de “impresionantes” con supervivencias altas a largo plazo y mejor calidad de vida de los afectados. La eficacia de estos tratamientos han llevado a intentar ampliarlos a otros tipos de tumores, como es el cáncer de mama.
El cáncer de mama HER2-positivo afecta alrededor del 15-20% de las pacientes y se caracteriza por su agresividad y mal pronóstico. Alrededor del 20% presenta una resistencia a las terapias convencionales actuales por lo que, para estas personas, la terapia con células CAR-T se presenta como una alternativa terapéutica prometedora.
Actualmente CAR-HER2, dirigida a aquellos pacientes metastásicos está en fase de investigación a nivel preclínico. Si se demuestra su seguridad y efectividad, se ampliará a otros tumores que también expresen HER2 como el cáncer de estómago. Las terapias CAR-T son específicas y personalizadas, y podrían superar la resistencia que a veces desarrollan las células tumorales a los tratamientos actuales mejorando la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes.
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