El constante estudio de las enfermedades oncológicas de la piel nos ha mostrado cómo, además de tener un importante componente genético, los melanomas suelen aparecer en aquellas personas de piel clara que han sufrido quemaduras solares en la infancia o en la adolescencia. El 90% de los casos de cáncer de piel están relacionados con la exposición al sol. Por ello debemos, por un lado, proteger a nuestros niños evitando la exposición directa y constante de su piel a la luz solar y aplicando cremas de protección de factor 50 o superiores, en cualquier momento del año. Y por otro lado, estar muy pendientes de nuestra salud dermatológica, especialmente las personas de piel blanca, más sensibles a estos efectos.
Si seguimos concienzudamente las indicaciones, tanto este verano como los que vendrán, reduciremos el riesgo de sufrir un cáncer de piel. Una dolencia de amplio espectro que no siempre puede atajarse de forma sencilla y cuyo tratamiento implica desde cirugías hasta terapias inmunológicas, pasando por quimioterapias y radioterapias. Evitarlo está prácticamente en nuestras manos.
Foto: Objetivo Bienestar
Fuente: Objetivo Bienestar