Los avances en el entorno de la genética y de las llamadas ‘ómicas’ (genómica, metabolómica, proteómica y un largo etcétera relacionado con el genoma) son determinantes para el desarrollo de la medicina personalizada para el paciente oncológico. Nos ayudan a mejorar la precisión en nuestros diagnósticos y seguimientos, y también a agilizar la toma de decisiones en cuanto a tratamientos dentro de la práctica clínica habitual.
Además, se están convirtiendo en una herramienta cada vez más útil en los procesos de I+D+i, sobre todo para validar nuevos biomarcadores, desarrollar nuevos fármacos e identificar de forma rápida y mucho más eficiente candidatos para llevar a cabo ensayos clínicos. Ya hay en el mercado paneles de más de 600 genes que, por el momento, están siendo utilizados en el ámbito de la investigación como por ejemplo OncoXplore o en el ámbito clínico como OncoDEEP.
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