Un revolucionario estudio en fase I logra abrir temporalmente mediante ultrasonidos la barrera hematoencefálica, permitiendo la entrada de la quimioterapia al cerebro. Esto supone un potencial cambio de paradigma para el tratamiento de los tumores cerebrales, normalmente agresivos y de difícil tratamiento.
El estudio en fase I, publicado en The Lancet Oncology, contó con 17 pacientes de glioblastoma recurrente. Previamente, se había operado a los pacientes para extirpar los tumores, y a la vez se les implantó un dispositivo de ultrasonido en el cerebro. La barrera hematoencefálica es un revestimiento de los vasos sanguíneos en el cerebro que hace de barrera entre la sangre y el cerebro, para evitar que toxinas y patógenos lleguen al sistema nervioso central. Sin embargo, también evita la entrada de medicamentos al cerebro, dificultando el tratamiento de enfermedades cerebrales.
Los investigadores han desarrollado un método por el cual el dispositivo libera un pulso de ultrasonido de baja intensidad, a la vez que los pacientes son inyectados por vía intravenosa con microburbujas, lo que hace que las células de la barrera hematoencefálica se separen temporalmente. Seguidamente, los pacientes son inyectados con quimioterapia (paclitaxel o carboplatino), que es capaz de atravesar la barrera y llegar al cerebro. Se ha demostrado que este método aumenta significativamente las concentraciones de medicamentos de quimioterapia en el cerebro. En una hora, la barrera está completamente cerrada nuevamente. Aunque el tratamiento es bien tolerado en general, se han reportado casos de dolores de cabeza e hipertensión.
Estos prometedores resultados han dado lugar a que se esté llevando a cabo un ensayo en fase II para evaluar si el tratamiento prolonga la vida de los pacientes con glioblastoma. Además, este método abre la puerta al tratamiento no sólo del cáncer, sino de otras enfermedades cerebrales.
Fuente: IFLScience
