El osteosarcoma es un grupo de neoplasias malignas que se presenta en los osteoblastos (células que facilitan el crecimiento del hueso) y en las células fusiformes (estructuras de tamaño alargado que conforman las estructuras más complejas del organismo humano y constituyen el tejido muscular).
El osteosarcoma puede formarse en cualquier hueso pero suele aparecer en los huesos largos de piernas y brazos desde donde puede haber metástasis a otras partes del cuerpo como pulmones u otros huesos. Es el tipo más frecuente de cáncer de huesos y se ha calculado que abarca aproximadamente el 3% de los casos de cáncer en la infancia.
No están claras las causas que producen el sarcoma. Se han destacado como factores de riesgo: las alteraciones genéticas del gen RB1, causas víricas por alteraciones genéticas, tratamiento previo con radioterapia, síndrome de Bloom, síndrome de Werner, síndrome de Li-Fraumeni.
Entre los tipos de osteosarcoma encontramos:
– El osteosarcoma osteoblástico. Constituido por osteoblastos de aspecto maligno dispuestos sobre una matriz, en su mayor parte, de hueso compacto.
– El osteosarcoma condroblástico. Presenta una matriz ósea de apariencia cartilaginosa con presencia de células fusiformes malignas.
– El osteosacroma fibroblástico. Osteoide escaso identificable.
– Morfología mixta.
Los síntomas del osteosarcoma que nos pueden hacer sospechar son: cojera en niños, dolor persistente incluso en reposo, aparición de una masa palpable, fractura tras un movimiento rutinario, limitación del movimiento. Remarcamos la exploración física, pruebas de imagen y biopsia como métodos diagnóstico. Por último en cuanto al tratamiento y medicación del osteosarcoma destaca la quimioterapia y la cirugía.
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